J.V.M.- Quartell
Hace casi un quinquenio, se cerró el kiosco de Quartell, y alguna de sus funciones fue entonces asumida por un supermercado de la localidad.
Así, desde el año 2019, el municipio se quedó sin la tienda o kiosco que durante años había sido mantenido por varias familias que desarrollaron sus funciones más diversas.
Y, por el momento, nadie ha asumido su continuidad.
Actualmente, la mitad de los pueblos de la subcomarca de Les Valls no tienen kiosco, y por ello resulta difícil el acceso a la prensa diaria.
Las funciones del kiosco no se limitaban anteriormente, al suministro de la prensa y revistas, sino que la propia tienda del kiosco mantenía una variedad de suministros, que incluían los libros en ediciones económicas, las novelas del Oeste, los albums de cromos pegables, que evocaban las grandes películas de la época, y los suministros de papelería, pegamentos, lápices de colores, elementos de escritura y cuadernos.
UN UNIVERSO FANTÁSTICO
Lejanos quedan, pues, aquellos tiempos en los que los niños y niñas visitaban el kiosco no sólo para adquirir los cómics o tebeos, sino también les «llepolies» o chucherías, los frutos secos, los chicles, los cromos de personajes famosos o deportistas, que hacían furor con sus colecciones, e incluso los pequeños petardos, las piruletas y demás golosinas y accesorios que movilizaban la fantasía infantil y que ahora han pasado a formar parte de los recuerdos de las generaciones adultas que evocan con nostalgia aquellas compras inocentes.
