J.V.M.-Quartell
Para el inicio del verano, parece adecuado recordar y leer un libro que el ayuntamiento de Quartell editó, hace una década, como resultado de unas tertulias con miembros de la Tercera Edad, que recoge sus recuerdos y memorias sobre la vida del pasado.Es un libro escrito en valenciano, quizás ahora olvidado, pero que atesora muchas facetas y aspectos de la vida rural cotidiana del municipio.
El libro rememora cómo eran las vacaciones en el mar; las casas antiguas y su disposición; la afición por la columbicultura; la matanza del cerdo; las fiestas de Pascua de hace más de medio siglo; la fiesta de Todos los Santos; los viajes y actuaciones de la banda de música; los juegos infantiles antiguos en la calle; la elaboración del jabón casero, y otros muchos recuerdos atávicos.
Por ejemplo, en uno de los artículos, una vecina de la tercera edad, describe cómo era la vida antigua: «Las casas eran de planta baja, y eran muy grandes porque entraba dentro el carro. Había un corral y en casi todas había animales. Las puertas de las casas eran de madera, amplias y altas. El piso era de tierra y las paredes de piedra. En las casas no había nevera, ni televisión ni lavadora. Las cocinas eran muy grandes y tenían unos armarios altos que eran las despensas. Antes de la llegada del gas butano, las comidas se cocinaban con fuego de leña. Y en las casas donde no había electricidad, se necesitaba la luz de los cirios.
La manera de vestirse la gente era diferente. Las mujeres llevaban faldas y vestidos largos. Normalmente, vestían con colores obscuros. No tenían tanta ropa como ahora, y se colocaban a veces unos pedazos de tela para cubrir los agujeros de los vestidos. Los hombres llevaban pantalones y blusas, y una faja a la cintura».
El libro referido, titulado «Coses del meu poble», constituye un testimonio fresco, sincero y realista de la vida de nuestros recientes antepasados, y que fue una acertada iniciativa editorial del ayuntamiento de Quartell, adecuado para fomentar la lectura.