J.V.M.-Quartell
La pandemia ha provocado que, por segundo año consecutivo, la parroquia haya tenido que aplazar la celebración de las Primeras Comuniones hasta principios de septiembre, debido a que las medidas sanitarias aconsejaron suprimir dicha celebración en el mes de mayo, como es tradicional.
Una docena de niños y niñas acudieron al templo, el pasado día 5 de septiembre, acompañados de sus familiares, para recibir la Primera Comunión durante el transcurso de la misa solemne, celebrada a mediodía por el cura párroco, y con el aforo limitado para mantener las medidas de seguridad sanitarias.
La jornada, como es tradicional en los pueblos valencianos, estuvo jalonada por los actos festivos como la decoración floral en la puertas de los domicilios de los neocomulgantes, la máscletà y aviso de fiesta en la víspera de la celebración, las tracas y acompañamientos musicales de lo niños y niñas participantes, el volteo general de las campanas y la diana festiva celebrada en las primeras horas de la mañana.
La nota curiosa, como el año pasado, la constituyó el que tanto los niños de Primera Comunión como sus padres acudieron al templo con la cara cubierta por las mascarillas, para respetar los protocolos sanitarios.
Asimismo, fue visible el pasacalle de la banda Unión Musical, que también ha tenido paralizada sus actividades durante meses por las restricciones sanitarias.