J.V.M.- Quartell
La festividad litúrgica externa del Corpus Christi ya se ha podido celebrar, tras dos años de supresión por las medidas sanitarias de la pandemia.
A las 20 horas del domingo, en una tarde bochornosa, la procesión eucarística inició su recorrido por el centro urbano, acompañada por la banda Unión Musical, visitando las tres mesas eucarísticas (els altarets) que las feligresas habían dispuesto en los enclaves ya tradicionales para la adoración de la Eucaristía, precedidos por las alfombras florales. Y. como era de prever, la pandemia pasó una ineludible factura que provocó que la asistencia de los feligreses fuese menor que la de los años precedentes, pues parece que los ánimos no estaban totalmente recuperados.
Cabe esperar que la normalidad litúrgica y festiva se vaya recuperando en los próximos meses, para el mantenimiento de las tradiciones más arraigadas en el municipio, y poder evitar su desaparición.
