La festividad de la Virgen de los Desamparados culminó, en Quartell, el pasado domingo día 19, con la celebración de la festividad litúrgica externa, que recogió el fervor y la devoción de los feligreses, tras más de ciento cincuenta años de tradición mariana en esta población.
Entre los actos de la octava de fiestas, destacó la presentación de los niños y niñas a la Mare de Déu, y la ofrenda de flores celebrada el sábado día 18, al anochecer, en la plaza de España.
El domingo, tras la despertà y el pasacalle de la banda de música, se celebró, por la mañana, la misa solemne, en el templo parroquial, oficiada por el párroco Guillermo Carrasco, quien, al principio de la homilía, dio las gracias públicamente a la junta de cofrades «por organizar este año a festividad, afrontando las dificultades y preparar los diversos actos festivos, que son para toda la parroquia y para todo el pueblo». La misa estuvo cantada por la coral polifónica de la Unión Musical Quartell.
LA SOLEMNE PROCESIÓN
A partir de las 21 horas, comenzó la procesión general y la imagen de la Virgen de los Desamparados recorrió las calles del centro urbano, acompañada por los feligreses, el clero parroquial, la junta de cofrades y niños de Primera Comunión. Desde los balcones de algunos domicilios se lanzaron pétalos de flores al paso de la imagen, y tras el retorno al templo parroquial se cantaron los gozos y el Himno de la Coronación. Finalmente, el cura párroco agradeció la participación de todos los feligreses, y leyó el nombramiento de la clavariesa del próximo año, Josefa Escrig Llusar que, junto con sus mayoralesas, se encargará de preparar y organizar los festejos del próximo año 2020.